Hola Creativ@s!
Hablamos de ecualización. Cuando empecé a producir, la ecualización me sonaba a algo técnico, aburrido y casi imposible de dominar. Pensaba que era solo para ingenieros con oído absoluto y estudios llenos de cacharros carísimos. Pero con el tiempo descubrí que es una herramienta creativa, esencial para que una canción respire y cada instrumento tenga su lugar.
En este post quiero contarte qué es la ecualización, cómo funcionan los ecualizadores, qué frecuencias conviene recortar según el instrumento y algunos trucos que a mí me habría encantado saber al principio.
¿Qué es la ecualización?
La ecualización (o EQ) consiste en ajustar el equilibrio entre las frecuencias de un sonido.
Es como usar un filtro en una foto: no estás cambiando la imagen, solo estás resaltando ciertos matices y suavizando otros para que todo encaje mejor.
Con la EQ podemos limpiar, moldear o realzar un sonido. A menudo no se trata de “mejorarlo”, sino de hacer que conviva bien con los demás elementos de la mezcla.
Tipos de ecualizadores
Gráfico: bandas fijas, con representación visual. Común en sonido en directo.
Paramétrico: el más flexible. Permite seleccionar frecuencia, ganancia y Q.
Shelving (estantería): afecta todo lo que está por encima o debajo de una frecuencia.
Filtros: paso alto, paso bajo o pasabanda. Eliminan lo que no necesitamos.
¿Cuándo y por qué cortar frecuencias?
La ecualización sustractiva (quitar en lugar de añadir) suele dar mejores resultados. Eliminar lo que sobra es una forma de crear espacio sin sobrecargar la mezcla.
Cortes orientativos por instrumento 🎛️:
Bombo 🥁: cortar por debajo de 30-40 Hz; reducir 300-500 Hz si suena a “cajón”.
Bajo 🎸: limpiar entre 200-400 Hz si embarulla.
Voz 🎤: filtro de 80-100 Hz; reducir 800 Hz-1,2 kHz si suena nasal.
Guitarras 🎸: cortar graves por debajo de 80-100 Hz, ajustar entre 2-4 kHz si pisan a la voz.
Sintetizadores/Pads 🎹: recortar graves si no son protagonistas, o agudos si compiten con platos.
Recuerda: estos valores son orientativos. Cada mezcla es única.
❌ Errores comunes y curiosidades ✅
“Más agudos = más brillo”: no siempre. A veces solo añades sibilancias o ruido.
“Siempre hay que ecualizar”: si algo suena bien tal cual, ¡déjalo!
“Ecualizar con la vista”: el plugin puede engañar. Confía en tus oídos.
Dato curioso: muchos ingenieros top solo usan ecualización sustractiva. Menos es más.
Mi experiencia con la ecualización…🤦🏻♀️
Uno de mis mayores tropiezos con la EQ fue en un proyecto para la escuela de producción. Estaba convencida de que “ecualizar bien” significaba cortar frecuencias de forma radical y muy precisa, como si cada pista tuviera su cajita cerrada. Así que me puse a recortar sin piedad: fuera graves por aquí, más agudos por allá… y al final, entre tanto filtro en las voces, los hi-hats y los sintes, el bombo y el bajo simplemente desaparecieron.
Cuando entregué el proyecto, el profesor me dijo algo como: “Aquí falta la base entera”. Y tenía razón. Tuve que rehacer toda la mezcla desde cero. Pero esta vez, en lugar de aplicar reglas de forma automática, escuché lo que la canción pedía. Y el cambio fue brutal. Todo empezó a sonar más equilibrado, más natural. Fue como pasar de una maqueta comprimida a una mezcla que respiraba.
Desde ese día entendí que la EQ no va de imponer fórmulas, sino de encontrar el espacio para cada sonido con criterio y con oído.
Conclusión
Ecualizar no es una ciencia exacta, pero sí una herramienta muy potente. Cuanto más entrenes el oído y más practiques, más natural te resultará. Escucha, experimenta y no tengas miedo a equivocarte: de los errores salen los mejores aprendizajes.
¿Y tú?
¿Recuerdas tu primera vez ecualizando? ¿Tienes alguna frecuencia “enemiga”? Cuéntamelo en los comentarios o escríbeme por redes, ¡me encantará leerte!
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